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Entre celebraciones y protesta, el rap se apoderó del Super Bowl

Antes de que comenzara el espectáculo de medio tiempo del Super Bowl se hizo mucha alharaca de que este sería el primer año en el que el hip-hop ocuparía la parte central del concierto. Era un fraseo publicitario que pasaba por alto la flagrante tardanza del logro: al fin, el rap recibía la atención en, tal vez, las más de dos décadas que ocupa en el centro de la música pop estadounidense. ¿Puede contar como un avance un progreso tan retrasado?

Luego de varios años de lidiar con una variedad de controversias raciales, la NFL probablemente buscaba reconocimiento al darle espacio de manera tan prominente a la música negra, especialmente al hip-hop, la lingua franca de la cultura pop estadounidense. ¿Qué harían algunas de las superestrellas generacionales de la música rap (Dr. Dre, Eminem, Snoop Dogg, Kendrick Lamar), titanes que poco temen por su reputación, con esta plataforma tan visible?

Las historias que se contaron en el campo del SoFi Stadium el domingo por la noche fueron de varias capas, una actuación dinámica que se extendía sobre un foso de posibles minas terrestres políticas. En general, hubo entretenimiento exuberante, un popurrí de éxitos tan centrales para el pop estadounidense que prácticamente mantuvieron a raya la disidencia.

Dr. Dre abrió la actuación detrás de una consola falsa, un guiño a la raíz de su celebridad: la genialidad al organizar sonido. Los siguientes 12 minutos fueron de éxitos vívidos y palpitantes, entre ellos “The Next Episode”, una colaboración ágil entre Dr. Dre y Snoop Dogg, enfundado en un buzo (o pants) con estampado de paliacate; “California Love” (piadosamente interpretado sin un holograma de Tupac Shakur, como se había rumoreado); “Lose Yourself”, con la que Eminem conmocionó al estadio; la pendenciera y orgullosa “Alright” de Lamar; y un par de temas a cargo de Mary J. Blige, la única cantante solista en el programa.

50 Cent, colgado de cabeza del techo del plató, fue un invitado inesperado e interpretó su gran éxito “In Da Club”, una de las producciones seminales de Dr. Dre. (Este fue casi sin duda el espectáculo de medio tiempo con más palabras censuradas de todos los tiempos).

Mary J. Blige interpretó dos canciones, entre ellas “No More Drama”.Credit…AJ Mast para The New York Times

Las actuaciones fueron casi uniformemente excelentes. Lamar fue deslumbrante: eufóricamente fluido, moviendo su cuerpo con vigor afilado. Snoop Dogg tenía una confianza desmedida, un veterano de la comodidad de alta presión. Eminem, insular como siempre, aún emanaba una tensión potente. Blige estuvo al mando, ayudando a enfocar lentamente el segmento intermedio del programa con un alegre “Family Affair” y “No More Drama”, rico en dolor púrpura. Y Dr. Dre resplandeció en todo momento, un maestro que inspeccionaba el botín de las décadas que pasó orquestando de manera inédita la forma y la textura del pop.

Pero las verdaderas batallas de este espectáculo de medio tiempo fueron entre el entusiasmo y el cinismo, la censura y la protesta, la amplificación de artistas negros en este escenario y la represión de las voces negras en varios escenarios de protesta contra la NFL. Hace apenas unas semanas, la NFL fue demandada por el ex entrenador jefe de los Delfines de Miami, Brian Flores, quien dijo haber enfrentado prácticas de contratación discriminatorias.

Este espectáculo de medio tiempo, que se analizó como un oasis de cortesía racial si no del todo progresista, fue el tercero orquestado como parte de una asociación entre la NFL y la compañía de entretenimiento y deportes de Jay-Z, Roc Nation, una alianza creada a raíz de las protestas de rodillas generadas por Colin Kaepernick en 2016.

“Es loco que demorara todo este tiempo para que nos reconocieran”, dijo Dr. Dre en la conferencia de prensa oficial de la semana pasada, enfatizando que la NFL básicamente eligió esperar hasta que el hip-hop se convirtiera en música del recuerdo —excepto por Lamar, todos los artistas en el escenario del domingo tuvieron su cúspide comercial y creativa hace más de una década— para darle rienda suelta en su mayor puesta en escena.

La NFL es tristemente protectora de su territorio y los percances en su espectáculo de medio tiempo —la falla en el vestuario de Janet Jackson, el dedo medio de M.I.A.— han tendido a causar revuelos desproporcionados. El medio tiempo bien puede ser uno de los últimos escenarios en Estados Unidos donde el hip-hop todavía se siente como música marginal, al amplificar la sensación de que los intereses de la liga y de los artistas podrían no haber estado completamente alineados.

Eminem terminó “Lose Yourself” en una rodilla.Credit…AJ Mast para The New York Times

El evento de este año también se llevó a cabo en el sur de Los Ángeles, a solo 20 minutos al oeste de Compton, donde Dr. Dre fue uno de los fundadores de N.W.A, uno de los grupos de hip-hop más importantes de todos los tiempos, padrinos del rap gangster y leyendas del agit-pop. Compton estuvo incrustado en el escenario: los edificios incluían anuncios de varios de sus sitios famosos, entre ellos Tam’s Burgers, Dale’s Donuts y la discoteca Eve After Dark, donde Dr. Dre solía actuar con World Class Wreckin’ Cru su primer grupo. Las coreografías, desde los pasos Crip hasta el krumping (el estilo callejero afroestadounidense), eran particulares de Los Ángeles. Tres Impalas Chevrolet antiguos eran un guiño visual a la cultura lowrider. Lamar cantó su segmento encima de una gigantesca fotografía aérea de la ciudad.

Cada uno de esos guiños se sintió destacado y potente, un modo de hacer que este evento increíblemente global se sintiera profundamente local. Pero no quedaba claro si el espíritu político renegado, sello distintivo del hip-hop cuando Dr. Dre todavía era miembro de N.W.A, también haría acto de presencia durante el espectáculo.

Unas horas antes de que comenzara el juego, Puck News informó que Eminem, el único artista blanco del programa, había propuesto arrodillarse, y la NFL se lo negó. Daba la sensación de una controversia prefabricada, el tipo de filtración diseñada simplemente para luego ser refutada.

Y he ahí a Eminem, rapeando “la oportunidad se da una vez en la vida” al final de “Lose Yourself”, colocándose la mano derecha en la cabeza y con la rodilla izquierda en el suelo mientras Dr. Dre, sentado en un piano blanco, tocaba la melodía familiar de “I Ain’t Mad at Cha” de Tupac: un destello de radicalismo y una sacudida de elegancia, un rechazo, un puño alzado implícito y un guiño. Y luego de concluido el espectáculo, un vocero de la NFL dijo que la liga siempre supo que Eminem iba a arrodillarse. ¿Sigue siendo protesta si ha sido autorizado y aprobado?

Jon Caramanica es un crítico de música pop del Times y presentador de Popcast. También escribe la columna Critical Shopper dirigida a hombres para Styles. Anteriormente trabajó para la revista Vibe y ha escrito para Village Voice, Spin, XXL y más. @joncaramanica


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