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Se acerca el final de la puja por el Chelsea FC

La gran telenovela del fútbol inglés —la guerra de ofertas para hacerse con el control del Chelsea FC— parece estar llegando a su final.

El Raine Group, el banco comercial de Nueva York designado para vender el club de fútbol de la Liga Premier en nombre de Roman Abramovich, un oligarca ruso cuyos activos fueron congelados por el gobierno británico, está listo para nombrar a su postor predilecto esta semana. Elegirá a uno de los tres grupos respaldados por inversores estadounidenses, que han presentado, cada uno, una oferta multimillonaria.

Al elegir un ganador, la directiva del Chelsea, Abramovich y Raine estarán cada vez más cerca de poner fin a una de las adquisiciones más extrañas y suntuosas en la historia del deporte moderno: un certamen de belleza que reunió al fútbol europeo y al dinero estadounidense; a leyendas del Chelsea y a farsantes extranjeros; todos dentro de una galaxia de individuos y grupos con pretensiones para un equipo que los miles de millones de Abramovich han convertido en una potencia deportiva durante su reinado de casi dos décadas.

La venta, siempre que se cierre un trato de una vez por todas, debería generar la cantidad más alta que se haya pagado por un equipo deportivo; hay cálculos que sugieren un precio de alrededor de 3000 millones de dólares. En la actualidad, Abramovich no tiene permitido recibir ninguna de las ganancias.

Uno de los primeros candidatos en la carrera, un grupo liderado por Todd Boehly, un inversionista multimillonario y copropietario de los Dodgers de Los Ángeles, sigue estando bien posicionado para ganar. Pero Boehly y sus socios están siendo desafiados por un consorcio en expansión financiado por Josh Harris y David Blitzer, miembros del grupo propietario que controla a los Sixers de Filadelfia de la NBA, quienes esta semana agregaron al piloto de Fórmula Uno Lewis Hamilton y a la estrella del tenis Serena Williams como socios.

El tercer finalista está encabezado por Steve Pagliuca, copropietario de los Celtics de Boston de la NBA, e incluye a Larry Tenenbaum, presidente de Maple Leaf Sports & Entertainment, una empresa de bienes raíces comerciales y deportivos profesionales, y propietario de tres franquicias deportivas cuya sede es la ciudad de Toronto: los Raptors de la NBA, los Maple Leafs de la NHL y el Toronto FC de la MLS.

Los representantes de los tres consorcios, así como un grupo de banqueros de Raine encabezados por uno de los fundadores de la firma, Joe Ravitch, fueron convocados a Londres esta semana, donde cada grupo debía hacer una propuesta final.

Los postores sobrevivientes navegaron por un camino que ahora está plagado de pretendientes fallidos, algunos para ser tomados en serio y otros definitivamente no. Por ejemplo, una oferta por mucho dinero presentada por la familia Ricketts, propietaria de los Cachorros de Chicago, fue boicoteada después de que resurgieran los correos electrónicos antimusulmanes enviados por el patriarca de la familia, Joe Ricketts, de cuya existencia se informó por primera vez en 2019.

El campeón de artes marciales mixtas, Conor McGregor, ofreció 1500 millones de libras esterlinas (alrededor de 1800 millones de dólares) por el Chelsea en Twitter, luego eliminó la publicación y, se presume, la oferta. Un misterioso hombre de negocios turco que afirmó haber hablado con los abogados de Abramovich sobre el precio y que se jactó de que “pronto ondearán la bandera turca en Londres”, no cumplió con el plazo de la presentación de ofertas. El hombre afirmó que sus abogados habían enviado su oferta a la dirección de correo electrónico incorrecta.

El entrenador del Chelsea, Thomas Tuchel, ha lamentado la lentitud de la venta del Chelsea, pero ha reconocido que poco pueden hacer él y su equipo al respecto.Credit…Oscar Del Pozo/Agence France-Presse — Getty Images

Los jugadores, el personal y los aficionados del Chelsea, esperan pronto una decisión. El club ha estado trabajando bajo restricciones financieras muy inusuales desde que se anunciaron las sanciones contra Abramovich, un aliado del presidente ruso, Vladimir Putin. Una licencia especial del gobierno que permite que el equipo opere ha dejado al club con hasta 10.000 boletos sin vender para sus partidos en casa y ha obligado al equipo a limitar sus presupuestos de viaje y a cerrar la tienda del equipo.

La incertidumbre sobre el futuro también ha afectado al equipo en el terreno. Chelsea espera perder a dos defensas clave, Antonio Rüdiger y Andreas Christensen, cuando expiren sus contratos al final de la temporada. Las conversaciones con posibles remplazos no pueden darse hasta que un nuevo propietario sustituya a Abramovich.

“Sería ideal” que la situación se resolviera lo antes posible, dijo el domingo el entrenador del Chelsea, Thomas Tuchel, después de una victoria sobre el West Ham. “Pero no puedes jalar el pasto para que crezca más rápido”.

Sin embargo, la naturaleza única de la venta significa que cualquier grupo al que se le otorgue el estatus de postor favorecido solo habrá superado el primer obstáculo. El gobierno británico debe consagrar la venta para que esta se lleve a cabo e insistirá en reglas estrictas para garantizar que ninguna de las ganancias vaya a Abramovich, quien ha dicho que cualquier dinero que se le deba se donaría a una nueva fundación benéfica “para todas las víctimas de la guerra en Ucrania”, pero los planes para la organización benéfica siguen siendo vagos.

Los posibles nuevos propietarios tendrían que ser examinados y aprobados por la Liga Premier. Eso podría plantear una complicación peliaguda para Harris y Blitzer, ya que son dueños del rival londinense del Chelsea, el Crystal Palace, y por lo tanto tendrían que deshacerse de sus participaciones antes de tomar el control de otro equipo de la Liga Premier.

Mientras tanto, Pagliuca tiene una inversión en el Atalanta de Italia, un equipo que en los últimos años ha aparecido junto al Chelsea en la Liga de Campeones.

Credit…David Klein/Reuters
Asientos vacíos y la tienda del equipo cerrada son algunas de las consecuencias más evidentes de las sanciones impuestas al propietario del Chelsea.Credit…Neil Hall/EPA, vía Shutterstock
Los aficionados del Chelsea protestaron por una oferta de la familia Ricketts después de que salieran a la luz comentarios racistas del patriarca de la familia. El grupo retiró posteriormente su oferta.Credit…Neil Hall/EPA, vía Shutterstock

Como los plazos para las ofertas finales se extendieron una y otra vez, el proceso se convirtió en objeto de numerosas filtraciones en los medios de comunicación, lo que llevó a algunos postores a expresar en privado su frustración y a quejarse de un trato desigual. Raine no ha comentado sobre el proceso más allá de una entrevista con el Financial Times en la que Ravitch hizo una afirmación sorprendente y sin fundamento sobre el valor de Chelsea.

“Pienso que, en cinco años, el Chelsea y todos los mejores clubes de la Liga Premier quizás valdrán más de 10.000 millones de dólares”, dijo, en lo que se consideró un intento de aumentar aún más el precio de venta. “Así que creo que quienquiera que compre el Chelsea hoy a los precios de los que estamos hablando lo está haciendo a precio de ganga”.

El historial de éxitos del Chelsea con Abramovich —cinco títulos de la Liga Premier y dos preseas de la Liga de Campeones— no ha resultado barato; su desembolso en la búsqueda de esos honores le ha costado casi 2000 millones de dólares de su fortuna personal.

No está claro cómo los nuevos dueños podrán mantener ese récord de éxito sin profundizar en esas pérdidas, que durante la gestión de Abramovich ascendieron a más de un millón de dólares a la semana. Según los términos de la venta, cualquier nuevo propietario tendrá que comprometerse también a remodelar el estadio del equipo, Stamford Bridge. Abramovich se comprometió en su día a financiar ese proyecto, por valor de 1300 millones de dólares, antes de archivar el plan en 2018 en medio de una disputa por la visa que lo ha mantenido fuera del Reino Unido durante años.

El equipo también tendrá que reconstruir sus relaciones con algunos de sus socios clave. Three, una empresa de telecomunicaciones, suspendió su patrocinio con el Chelsea una vez que se anunció el veto contra Abramovich y, con el temor de que pudiera verse involucrada en la disputa por las sanciones, pidió que se retirara su logotipo de las camisetas del equipo. Varias semanas más tarde —para la creciente frustración de los ejecutivos de Three— el logotipo permanece, y el club no está dispuesto a usar adhesivos para cubrirlo ni a encargar nuevas camisetas sin él.

Los hinchas han sido fundamentales en los esfuerzos de los posibles compradores del club, con varias rondas de discusiones entre grupos de inversores y organizaciones de aficionados influyentes, y cada grupo de licitación ha añadido representantes locales en un esfuerzo por subrayar su buena fe en el Chelsea. Boehly está trabajando con Danny Finkelstein, antiguo asesor del gobernante Partido Conservador. El consorcio Harris-Blitzer fue convocado por el expresidente de British Airways, Martin Broughton, e incluye al exfuncionario de los Juegos Olímpicos Sebastian Coe. Pagliuca se ha ganado el apoyo del ex capitán del Chelsea, John Terry.

Pero lo delicado del proceso también ha dejado claro que incluso un solo paso en falso puede salir caro.

El ex jugador Paul Canoville, primer jugador negro del Chelsea, reveló esta semana en una declaración propia que se había reunido con múltiples grupos durante el proceso de licitación, pero que había encontrado uno tras otro que eran deficientes. Describió los esfuerzos de propiedad de Hamilton y Williams, que han afirmado apoyar a otros equipos, como “irrespetuosos” para el Chelsea; acreditó la oferta de Ricketts, ya retirada, por sus planes de apoyo a la fundación del Chelsea; y reconoció que un plan de un grupo para ofrecer a los aficionados algún tipo de tecnología de criptomoneda le “resultó incomprensible”.

Canoville ha apoyado ahora públicamente la candidatura liderada por Boehly.

Tariq Panja cubre algunos de los rincones más sombríos de la industria del deporte mundial. También es coautor de Football’s Secret Trade, una revelación sobre la industria multimillonaria de comercio de jugadores de fútbol. @tariqpanja


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